domingo, junio 29, 2008

Rumor de papeles


En la tercera intentona lo atendieron. Se acercaban veloces las dos de la tarde.

Tuvo que justificar BOP en mano que lo tenían allí. Debió probar que no era esencial acreditar la condición de interesado. Se vio en la necesidad de presentarse como abogado en ejercicio. Tuvo que extender un recibo con fotocopia del D.N.I. y firmarlo para consultar el expediente que estaba en información pública.

Este tipo de expedientes se suelen aprobar en ausencia de alegaciones y recursos.

El que pregunta ya es un disidente.

Ocurrió hace un año. Hacía el mismo calor que ayer.

Tiempos.

lunes, junio 23, 2008

Entre el temor y el deseo

Creo que debió ser en un programa matutino de RNE el sábado o el domingo pasados. Y digo creo porque cuando entre el conjunto de vanalidades que llenan la comunicación pública española encontramos algo que contraría la obligada línea oficial de lo políticamente correcto, tenemos razones más que fundadas para sospechar que nuestros sentidos nos engañan.

Fuera sábado o domingo, me pareció oír a Cristóbal Halffter afirmar que en España hay una tendencia universal a convertir la cultura en espectáculo. Porque don Cristóbal sostuvo que es fácil hacerlo. De hecho dijo que incluso las instituciones más serias, entre ellas muchas fundaciones culturales, cuando quieren destacar un hecho cultural lo transforman alegremente en un espectáculo más de la cartelera.

Y me pareció escuchar (no quiero atribuirle a don Cristóbal la responsabilidad de esto) que por causa de ese vicio nacional hemos llegado a la necedad de considerar cultura cualquier espectáculo grosero.

Decía Cicerón que creemos con facilidad lo que deseamos y lo que tememos.

Tantos años temiendo que la cultura oficial española fuera eso, un espectáculo grosero; tanto tiempo deseando que alguien con criterio lo denunciara públicamente pueden hacer que se malinterpreten las palabras de cualquiera.

jueves, junio 19, 2008

Canon digital

Después de meses y más meses dándole vueltas al asunto, en el BOE del día 19 de junio se publica la Orden que impone el canon digital.

Como todas las medidas arrojadas y valientes, tendrá efectos el primer día de vacaciones (1 de julio), unos meses después de las elecciones generales.

A los beneficiarios de este canon se les garantiza, vía revisiones anuales, unos ingresos adicionales anuales no superiores a 117.800.000 euros ni inferiores a 110.200.000 euros.

No más de DIECINUEVE MIL SEISCIENTOS MILLONES DOSCIENTAS SETENTA MIL OCHOCIENTAS pesetas ni menos de DIECIOCHO MIL TRESCIENTOS CINCUENTA Y SIETE MILLONES SETECIENTAS TREINTA Y SIETE MIL DOSCIENTAS pesetas.

No obstante, sin duda los que ingresarán estas sumas las creen insuficientes. La Orden del MINISTERIO DE LA PRESIDENCIA deja bien claro que los recargos se fijan en ausencia de acuerdo.

Los que cobran quieren más.

Los que pagamos ya hemos votado y no contamos. Toca pagar.

Pobre industria tecnológica española.

Pobres todos. Unos más y otros bastante menos.

miércoles, junio 18, 2008

ALGO DEBERÍA CAMBIAR

No se pueden ganar los juicios con mentiras y quedar como un señor.
No, no se puede.
No siempre puede salir bien, por mas argucias que se empleen, por mas experiencia que se tenga, por mas pardillo que sea tu adversario.
No se pueden ganar los juicios con mentiras e irte tan fresco, con la sonrisa en el rostro.
No, no te puedes quedar ahí tirado en la alfombra de la sala de vistas, con cara de gilipollas, pisoteado y mancillado, tan sólo porque se ha empleado la mentira en tu contra, pensando que se administraba justicia de otra forma.
No siempre puede salir bien.
Parece sencillo pedir justicia, resulta a veces tan ingenuo que no puedes quitarte esa cara de imbécil que te han puesto, por pensar que todo era fácil e inocente.
Y todo porque nadie se ha preocupado de comprobar cosas tan nimias como que "el movimiento se demuestra andando".
No le echo la culpa a nadie. Todos vamos con tanta prisa que no vemos los problemas de los demás en su sencilla y justa dimensión.
Seguramente el Sr.Juez tiene mucho trabajo y su tiempo debe ser tan valioso que tu problema es pura anécdota, una vista mas para sentencia.
No le echo la culpa a nadie, pero ¡cómo me hubiera gustado ver a Sancho Panza en el estrado, revestido con tu toga impregnada en sensatez!
Mire Vd. Iltmo. Sr. Panza, son las 10 de la mañana, es pleno día, luce el sol, observe a través de la ventana, asómese al balcón, aparte las cortinas, aparte su jurisprudencia sapientísima. Véalo Vd. mismo, insisto, es de día, luce un sol radiante, y aunque le digan que es de noche, aunque le certifiquen que es de noche, aunque vengan mil testigos para hacerle creer que es de noche, yo solo le ruego humildemente que levante la cabeza de su mesa, de sus libros, que abra los ojos y que se asome a la ventana. ¿Es tan difícil de entender?.

Otra vez ha triunfado la mentira, la argucia, la experiencia frente a la inocencia, pero no siempre puede ser así. Esta vez te ha tocado a ti, o a mi, dá igual.
Pero no siempre puede salir bien.
No siempre puede ser de noche.
Otrosi digo: Algo debería cambiar

Tendiendo puentes

Leído en Radio Úbeda el día 27/11/2007

Uno, que tiene la sana costumbre de hojear la prensa diaria provincial, ha visto cómo la misma se hacía eco días pasados de la restauración integral e iluminación del puente renacentista de Marmolejo, puente sobre el río Guadalquivir situado junto al balneario. En este puente, al que se ha dotado incluso de iluminación eléctrica, se ha realizado una actuación que los políticos -en su argot- denominan “puesta en valor”.

Pues bien, esta noticia, que, sinceramente, nos agrada por cuanto cualquier accción que conlleve la recuperación o mantenimiento del patrimonio histórico- artístico de nuestro entorno es bien recibida, no nos puede dejar indiferentes por lo que de agravio comparativo tiene con nuestra ciudad: en nuestro término municipal tenemos otro puente también renacentista, un puente salido de las manos de Vandelvira; sí, ese Vandelvira de El Salvador, del Palacio de las Cadenas, de gran parte de la catedral de Jaén, entre otros muchos monumentos; ese magnífico arquitecto que todos ustedes conocen y cuyas obras han sido declaradas patrimonio de la humanidad; ese puente renacentista se está muriendo de inanición bajo las aguas de un pantano, me refiero, ya lo habrán adivinado, al Puente Ariza.

Ya hubo algún proyecto de traslado, previo desmontaje piedra a piedra; incluso se habló de ubicarlo en otra zona del río Guadalimar, o de su asentamiento en el actual parque norte, idea ésta que hubiera sido la más acertada, pues con las dimensiones del puente ese parque sería algo grandioso, visible desde gran parte de la comarca. Ignoramos si el proyecto de salvar el puente fue alguna vez tomado realmente en serio o sólo se trató de una maniobra de dilatación en el tiempo para su definitivo olvido, el caso es que hubo algo -nunca explicado lo suficiente- entre el Ministerio de Obras Públicas y la incipiente, por entonces, Escuela Taller, que no permitió un acuerdo para salvar nuestro querido Puente Ariza, entre todos lo mataron y él solito se ahogó.

Ya ven, es mejor que ese día yo no hubiera visto el periódico, pues con el subidón de alegría por la puesta en valor del Puente Renacentista de Marmolejo, me vino la más que justificada indignación por el recuerdo de la pérdida, ojalá que no sea irreversible, de nuestro Puente Ariza, también renacentista, y vandelviriano para más inri.

martes, junio 17, 2008

Catastrazo

En el Boletín Oficial de la Provincia de Jaén del pasado día 10 de junio se abrió el trámite de audiencia en el procedimiento de elaboración de la «ponencia de valores» del término municipal de Úbeda.

Mecánicamente he consultado en Google el término «catastrazo» y la respuesta han sido 13800 referencias dispersas por toda la geografía nacional. Y eso que el término no ha sido incorporado, todavía, al diccionario de la Real Academia Española.

Google se empeña, además, en asociar el término catastrazo con expresiones tales como «incremento de valores del 300 por ciento», «aumento de la presión fiscal», «amenaza real para el bolsillo de los vecinos» y otras lindezas, todas ellas huérfanas también del reconocimiento oficial de sus respectivos ayuntamientos.

Como en todas partes se dice que ese catastrazo no es sino consecuencia de la aplicación mecánica de una maldad que denominan «ponencia de valores», o nos informamos de qué va esa ponencia y en su caso la impugnamos o, mucho me temo, en unos meses el término catastrazo en Google estará también asociado a esta bella ciudad a la que, quizás por ser Patrimonio de la Humanidad, le van a subir hasta los humos.

La Real Academia Española repite machacona que "La palabra catastrazo no está en el Diccionario. "

(El plazo para presentar alegaciones termina este sábado día 21 de junio de 2008)

domingo, junio 15, 2008

Yes, they can

Querido Julio, o Mercedes, o Hugo, o Pepa: ya lo habéis oído.
Se enfrentan al desafío más estimulante de su historia: reinventar la manera de relacionarse con el planeta.
Lo quieren hacer por responsabilidad y porque por primera vez en la historia, gracias al Gobierno, es posible.
Lo van a hacer con energía.
Van a empezar por la tarifa nocturna.
Seguirá luego todo lo demás.
Habrá muchas tarifas. Y siempre habrá una peor: la de Último Recurso.
Van a reinventarlo todo.
Reinventarán el futuro.
A los hijos de nuestros hijos les contarán lo del déficit tarifario, pecado original que se redime en la tarifa. En la suya y en la de los hijos de sus hijos.
Sí. Van a seguir reinventándolo todo con energía.

Sí. Gracias al Gobierno de España, pueden.

sábado, junio 14, 2008

¿QUÉ NOS TRAERÁ LA PLEAMAR?

¿QUÉ NOS TRAERÁ LA PLEAMAR?


He ido escribiendo cartas sin ningún destino, sin fechas; cartas escritas por las calles oscuras, por los senderos perdidos de los deseos mas ocultos. He ido escribiendo cartas en el aire que respiro, lanzadas al viento de cada nuevo amanecer.
He ido escribiendo palabras que nunca pronunciamos, frases que pudieron ser nuestras, hojas en blanco repletas de silencio, de miradas, de deseos.
Quedaron sin respuesta, quedaron a merced del viento.
Cada mañana me asomo a mi ventana de poniente, como el naufrago que mira al mar todos los días. ¿Qué nos traerá la pleamar?
De nuevo se nubla el Valle del Guadalquivir, brumas que parecen nubes de algodón sobre las veredas que llevan al campo.
Respiro hondo, al tiempo que pronuncio tu nombre, mientras una inmensa tristeza súbitamente me invade.
Otras cartas surcarán el viento hoy, otros pensamientos volaran mas allá del horizonte que percibo; nuevamente se escribirán páginas en blanco, inundadas de un triste lamento.
Quedaran sin respuesta, quedarán a merced del viento.

martes, junio 03, 2008

Veinte años después

Recuerdo vagamente las salas que ocupaba en el Palacio. Pese a que en los años de opositor había escudriñado abundantemente su amplia y solemne biblioteca, no era habitual en el centro. Como en tantas cosas, Cristóbal me guió con seguridad por las dependencias administrativas hasta llevarme ante una mesa. El orden y la pulcra disposición de cuanto en ella había me trasladaron al Negociado de Quintas del Ayuntamiento de Úbeda. Fue una desorientación momentánea. Corría el año 1988, faltaban meses para la primera huelga general de la democracia y estaba en el Palacio Provincial, no en el de Vázquez de Molina. Al Instituto de Estudios Giennenses había acudido para comprar libros.

Santaella, que así se apellidaba el titular de aquella mesa ordenada hasta el desvarío, fue sacando del depósito todas las obras que estaban a la venta y que guardaban alguna relación con Úbeda. Entre ellas, gracias al afecto que allí tenían por mi hermano –brillante becario de investigación durante tantos años–, se encontraba el último ejemplar en hilo de la edición del libro de Enrique Toral, “Úbeda (1442-1510)”. Lo exiguo de su número de serie no auguraba que acabaría en la biblioteca personal de un modesto funcionario del Ayuntamiento de Úbeda. Allí mismo lo daté y firmé para afincarme en el convencimiento de que el tomo realmente me estaba destinado.

Siempre me había sorprendido la precisión con que recordaba aquella ceremonia cada vez que por una u otra razón hojeaba este libro. Ahora sé que el recuerdo no era perfecto. Estaba incompleto.

Recuerdo a don Enrique paseando por el vasto salón de la tercera planta del Palacio y luego charlando conmigo, sentado en un sillón rojo, durante aquel largo rato que apenas duró una hora. Recuerdo también la timidez con que le ruego que me dedique su libro. Y la forma sencilla en que acepta mi petición y escribe unas palabras en ese último ejemplar.
La memoria, que ha guardado este recuerdo con la frescura de lo que todavía no ha terminado, consiente que sostenga la certeza de que un instante después de que recogiera su libro de manos de Santaella usted, don Enrique, me lo dedicó.

Algo ha cambiado en la luz. Observo la letra vacilante con la que arropa sus cálidas palabras. Miro a mi alrededor. La monótona reiteración de los volúmenes confirma que no se trata de otra desorientación momentánea. Nos encontramos en el Palacio de Vázquez de Molina y no en el de la Diputación Provincial. Al Salón del Protocolo del Archivo Municipal de Úbeda usted, don Enrique, ha vuelto para contemplarlo con la misma mirada joven de aquel día en que por primera vez se aventuró en él buscando alguna explicación para el pasado, ignorante de que a ese mismo punto lo habrían de devolver los estrictos rigores del destino.

Los recuerdos triunfan sobre los hechos. Si le parece simularemos, sólo para mantener las apariencias, que sucedió veinte años después.