jueves, abril 16, 2009

MANDAS AL DULCE JESÚS DE UBEDA

MANDAS AL DULCE JESÚS DE ÚBEDA
Ginés de la Jara Torres Navarrete

Nuestro Padre Jesús, humillado y escarnecido, Padre de Úbeda, ha recibido de ella desde Dios sabe cuando la mas filial de las devociones y por ello se siente mimada, amparada y segura.
Si la devoción de sus cofrades ha sido siempre fiel y constante, no lo ha sido menos la devoción de todos sus vecinos que, codo con codo, con sus incondicionales cofrades, ha recorrido devotamente la Vía Dolorosa de las calles de la estación de la ciudad.
Si la emoción embarga a todo un pueblo en el solemne momento de cruzar su imagen la histórica puerta de su Antigua Real Colegiata, ¿qué decir del sobrecogedor recorrido con gentes que sufren con Él un calvario sin precedentes? Úbeda se estremece a su paso y llora después de dos milenios de la mayor de las injusticias.
Tan en la mente de los ubetenses ha estado siempre el Dulce Jesús de San Andrés, que vistas las disposiciones testamentarias de las generaciones que antes fueron, frecuentemente hallamos cómo en su última disposición camino del más allá no dejan de orientar su mirada al Jesús de su alma.
Entre aquellos ubetenses que a la hora de la verdad vuelven su mirada al Dios que sufre, nos detenemos ante un testamento de Doña María Salido de Baeza, una ilustre hija de Úbeda, que manda lo siguiente:
“Mando a la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús, sita en el Convento de Señor San Andrés desta ciudad, un guarda bajos que oi tengo, de escarlata, con doze guarniciones de plata de Milán, aforrado todo en tafetán, doblete verde, para que sirva a Nuestra Señora, la que en dicha capilla se pone de parida por la festividad del día de año nuevo, y es condición que no ha de salir de dicha Yglesia… solo les permito que puedan ponerle a la mujer Verónica el día de Viernes Santo, por ser procesión de la dicha Cofradía y que se les entregue al mayordomo della a el cual encargo tenga con él mucho cuidado porque no se manche ni apolille”. (1)
¿Pero quién era aquella señora que deja a Jesús para que la disfrute una joya tan estimada por ella? Sabemos que casó en Úbeda con don Juan de Cuellar, quienes mancomunadamente fundan en Úbeda un vínculo y mayorazgo de su cuantiosa fortuna, fueron parroquianos de Santo Domingo de Silos, templo que en lo antiguo fue morada de Nuestro Padre Jesús. Éstos tuvieron por hijos:
1º. A D. Juan Salido de Cuéllar, que sigue.
2º. A Doña María de Cuéllar Salido, casada en Úbeda con D. Juan de Viedma y Molina.
3º. A Doña Catalina de Cuéllar Salido, casada en Santo Domingo de Silos con Don Pedro de Viedma de Salido, a buen seguro hermano del anterior.
4º. A Don Diego Salido de Cuéllar, casado en Úbeda con Dª. Mariana de Blas, padres de Don Juan Salido de Cuéllar, parroquiano de San Pablo, a la calle de Las Parras. Manda enterrarse en San Isidoro “… en una capilla que está en el plano del altar Mayor, en el lado del evangelio, donde está el sepulcro de mis padres y abuelos”. Dice ser primo (por cierto, primo hermano) de don Marcos, doña Lorenza, doña Juana y de Fray Antonio de Viedma y Cuellar, trinitario de Úbeda al tiempo del testamento otorgado en esta ciudad el 15 de febrero de 1695, ante Juan de Alaminos Calatrava “El Viejo”.
Seguimos con don Juan Salido de Cuellar, con testamento en Úbeda el 29 de noviembre de 1683 ante Francisco Gómez de Grados, por el que dispone su entierro en los carmelitas descalzos, capilla de San Juan y San Cayetano. Fue Caballero 24 de Úbeda, donde casó con doña Isabel Lendínez de Ortega, quien testó en esta ciudad el 19 de febrero de 1685 ante Antonio Rodríguez Melero, y dice ser viuda, manifestando que el oficio de regidor perpetuo que su marido compró a don Antonio de Ortega Mexia IIº Señor de Alicún, mediante censo, con réditos al año de 50 ducados. Expresa la testadora que “…resultando honeroso mantener dichas venticuatría porque dicho oficio ha dado mucha quiebra, pues no a quién da más de quinientos ducados”.
Por esa razón el oficio de 24 de la ciudad retorna al hijo del vendedor, que no era otro que Don Andrés Luis de Ortega Porcel (1667-1710), IIIº señor de Alicún, Caballero de Calatrava y Teniente de Corregidos de Úbeda.
Tres fueron los hijos de los anteriores, que fueron:
1º. D. Juan Salido de Cuellar, que sigue.
2º. Doña María Vicenta Salido de Cuellar, nacida en Úbeda en 1714 y fallecida en esta ciudad, parroquiana de Santa María, el 14 de mayo de 1786. Había testado en Úbeda el 8 de marzo de 1684 ante Francisco Gómez de Grados, domiciliada en el Real viejo y manda enterrarse en los Carmelitas Descalzos, capilla familiar. Casó en Úbeda con don Juan Porcel de los Cobos, sin sucesión.
3º. Doña Juana Salido de Cuellar, de la que sabemos testó en Úbeda el 11 de diciembre de 1769, ante Juan de Torralba, disponiendo su entierro como su hermana, en los frailes carmelitas, capilla de Jesús Nazareno. Casó con don Juan de Padilla.
Seguimos con don Juan Salido de Cuellar, poseedor del mayorazgo en 1756, que hemos localizado preso en la cárcel de Baeza sobre la muerte del licenciado don José Antonio Rodríguez de Lemos, Canónigo Arcediano de la Catedral de Granada. El 14 de enero de 1700 otorga poder a favor de su mujer para que esta administrase sus bienes. Ya en libertad, el 31 de julio de 1727, ante José Sánchez Cortés, otorga su postrera voluntad y ordena su entierro en los Carmelitas, “capilla de señor Juan Juan y San Caietano que oy esta colocado el dulce Jesús, que está al lado del Evangelio junto al pulpito, que es mía propia”. Había casado en Úbeda con Doña María de Molina y Quesada, siendo hijos don Francisco, don Juan, don Diego, doña Isabel, doña Francisca de Paula y doña María Jacinta Salido de Cuellar, esta con testamento en Úbeda el 28 de abril de 1776, ante Sebastián Serrano. Dispone su entierro también en los Carmelitas Descalzos, en la capilla que los frailes habían regalado a su descendiente don Juan de Cuellar, mercader, por haber sido un gran favorecedor de los Descalzos de la Ciudad, y un gran amigo de San Juan de la Cruz, personaje que facilitó la cabalgadura para trasladar enfermo a Fray Juan desde la Peñuela (La Carolina), en Úbeda en 1591.
En otro documento, esta vez un inventario de bienes formulado en Úbeda el 19 de junio de 1748, ante Alejo García de Parada, al describir una de las heredades, dicen: “… primeramente un olivar en el pago de la Torre de San Juan, término desta ciudad, con ciento noventa y dos olivas grandes y pequeñas, linde a otras de la Cofradía del Dulce Jesús, sita en el Convento de San Andrés, orden de predicadores”.
Creemos que esta aportación se convertirá en parte de la historia de esta antiquísima cofradía, tan querida y valorada por nuestra ciudad.
GINÉS DE LA JARA TORRES NAVARRETE
Cronista. Hijo adoptivo de Úbeda

(Trabajo publicado en la Revista núm. 53, de la Cofradía de Jesús, en Abril de 2009)

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