El próximo domingo, 7 de junio, conoceremos el escrutinio de las elecciones europeas. El de Úbeda ya se puede consultar aquí.
Ya verán que, como en todas las elecciones, los resultados no serán extrapolables a otro tipo de convocatorias tales como municipales, generales o autonómicas. Al menos será así para quienes las pierdan.
Como en todas las elecciones europeas, si el índice de participación no llega al 50% será como consecuencia del desencanto de los ciudadanos, de su desapego a la idea de Europa, de su desconocimiento o su desconfianza hacia las instituciones europeas y culpa del déficit democrático de la Comunidad. Cuando oigamos esos comentarios lo políticamente correcto será estar convencidos de que los comentarios mismos tampoco son extrapolables a otros comicios con índices de participación muy poco superiores al 30%.
Tanto mensaje, tanta campaña y tanto esfuerzo para, a la postre, seguir con tan poca certeza de nada. Porque todo es según el tamaño de la circunscripción electoral con que se mira.
La única consecuencia cierta, al margen de la participación y del resultado, será la constatación de que casi 28 000 ubetenses tenemos derecho a voto. O lo que es lo mismo, que menos del 20% de la población es menor de 18 años.
Muchas otras cosas también se están quedando viejas. La lozanía de antes tampoco es extrapolable.
Ya verán que, como en todas las elecciones, los resultados no serán extrapolables a otro tipo de convocatorias tales como municipales, generales o autonómicas. Al menos será así para quienes las pierdan.
Como en todas las elecciones europeas, si el índice de participación no llega al 50% será como consecuencia del desencanto de los ciudadanos, de su desapego a la idea de Europa, de su desconocimiento o su desconfianza hacia las instituciones europeas y culpa del déficit democrático de la Comunidad. Cuando oigamos esos comentarios lo políticamente correcto será estar convencidos de que los comentarios mismos tampoco son extrapolables a otros comicios con índices de participación muy poco superiores al 30%.
Tanto mensaje, tanta campaña y tanto esfuerzo para, a la postre, seguir con tan poca certeza de nada. Porque todo es según el tamaño de la circunscripción electoral con que se mira.
La única consecuencia cierta, al margen de la participación y del resultado, será la constatación de que casi 28 000 ubetenses tenemos derecho a voto. O lo que es lo mismo, que menos del 20% de la población es menor de 18 años.
Muchas otras cosas también se están quedando viejas. La lozanía de antes tampoco es extrapolable.
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