Un escorpión, que deseaba atravesar un río, le dijo a una rana:
-Llévame a tu espalda.
-¡Que te lleve a mi espalda! -contestó la rana-. ¡Ni pensarlo! ¡Te conozco! ¡Si te llevo a mi espalda, me picarás y me matarás!
-No seas estúpida -le dijo entonces el escorpión-. ¿No ves que si te pico te hundirás en el agua y que yo, como no sé nadar, también me ahogaré?
Los dos animales siguieron discutiendo durante un rato, y el escorpión se mostró tan persuasivo que la rana aceptó cruzar el río con él. Lo cargó sobre su resbaladiza espalda, donde él se agarró, y empezaron la travesía.
Llegados en medio del gran río, de repente el escorpión picó a la rana. Ésta sintió que el veneno mortal se extendía por su cuerpo y, mientras se ahogaba, y con ella el escorpión, le gritó:
-¡Ves! ¡Te lo había dicho! ¿Pero qué has hecho?
-No puedo evitarlo -contestó el escorpión antes de desaparecer en las glaucas aguas-. Es mi naturaleza.
(De Jean-Claude Carrière, "El círculo de los mentirosos. Cuentos filosóficos del mundo entero")
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Hace 18 horas
Es la naturaleza del escorpión ser malvado, pero también es la naturaleza de la rana ser bondadosa y con su servidumbre está dando opción al escorpión a mostrarse tal cual. Mientras unos se dejen pisotear, los otros mostrarán siempre su implacable y malvada naturaleza. Alguien tendrá que encontrar tarde o temprano la horma de su zapato. Por cierto, ¿de qué naturaleza estarán echos los políticos?
ResponderEliminarperdón, quise decir de qué naturaleza estarán hechos los políticos.
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