Creo que debió ser en un programa matutino de RNE el sábado o el domingo pasados. Y digo creo porque cuando entre el conjunto de vanalidades que llenan la comunicación pública española encontramos algo que contraría la obligada línea oficial de lo políticamente correcto, tenemos razones más que fundadas para sospechar que nuestros sentidos nos engañan.
Fuera sábado o domingo, me pareció oír a Cristóbal Halffter afirmar que en España hay una tendencia universal a convertir la cultura en espectáculo. Porque don Cristóbal sostuvo que es fácil hacerlo. De hecho dijo que incluso las instituciones más serias, entre ellas muchas fundaciones culturales, cuando quieren destacar un hecho cultural lo transforman alegremente en un espectáculo más de la cartelera.
Y me pareció escuchar (no quiero atribuirle a don Cristóbal la responsabilidad de esto) que por causa de ese vicio nacional hemos llegado a la necedad de considerar cultura cualquier espectáculo grosero.
Decía Cicerón que creemos con facilidad lo que deseamos y lo que tememos.
Tantos años temiendo que la cultura oficial española fuera eso, un espectáculo grosero; tanto tiempo deseando que alguien con criterio lo denunciara públicamente pueden hacer que se malinterpreten las palabras de cualquiera.
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