sábado, marzo 21, 2009

LA CONSEJERA DE CULTURA EN SANTA MARÍA

Por Antonio Almagro García

De entrada, una confesión: hablar una y otra vez de Santa María y de sus interminables obras me va aburriendo. Quizá sea lógico porque ya son muchos los años que esta iglesia forma parte de mi vida, en ocasiones (ya las menos) voluntariamente como manifestación de una vocación por el estudio y conocimiento de la arquitectura, en otras (las más con diferencia) de forma absolutamente circunstancial y provocada por las penosas circunstancias que desde hace 26 años la ensombrecen y, sobre todo, por lo poco que han servido las denuncias en pro de la recuperación del monumento que se cerró en 1983 y no de esa otra cosa que nos quieren vender.

Y tanto es esto así, que casi había decidido no volver a escribir nada sobre la Colegial ni sobre nada que se le acercara. Pero mire usted por dónde, otra vez tres circunstancias mandan. La primera, que el pasado viernes 13 visitó la ciudad la Consejera de Cultura y, como en tantas otras ocasiones y por tantos otros y otras colegas suyos, giró visita a Santa María por aquello de que ahora se podía y eran posibles y convenientes las fotos y las declaraciones para la prensa; la segunda, que ha llegado a mis manos el escrito que la cofradía de Jesús ha remitido a distintas Administraciones; y la tercera, que he podido leer parte de la memoria que justifica la tan cacareada recién iniciada quinta fase de la obra.

Ante este cúmulo de lances, me veo en la obligación de hacer algunos comentarios, otras tantas consideraciones y una aclaración final. Pero vaya por delante mi agradecimiento al señor Alcalde por presentarme a la Consejera y a ella misma por poner oídos a las apresuradas críticas y sugerencias que en relación con lo que se está haciendo en Santa María pude comentarle, también, por la aceptación de que algo podrá hacerse en la capilla de Jesús acorde con la petición de la cofradía.

Ahora bien, lo cortés no quita lo valiente, y me veo obligado a opinar sobre lo leído en la prensa local, sobre la petición de la cofradía de Jesús y sobre lo expuesto en la memoria de la citada quinta fase.

Error en las fechas

Habla la señora Consejera de que la administración andaluza se hizo cargo de la obra en 1989, pero creo que se le olvida (y no quiero pensar que sea voluntariamente) de que ya en 1986 el arquitecto don Isicio Ruiz Albusac "trabajó" comisionado por la Junta de Andalucía en Santa María. Lo sé muy bien porque me pidió unos planos prestados que nunca volvieron a mi poder y porque como un atila sin necesidad de caballo arrasó el templo. ¿O acaso no es arrasar derribar las bóvedas del siglo XVIII sin adoptar ningún tipo de medida para proteger las rejas, o hacer pasar camiones de gran tonelaje por el claustro y por las naves destruyendo lápidas y losas, o dejar la fábrica en alberca durante bastantes meses produciendo daños de importancia, o construir una pesadísima cubierta de hormigón que no hizo sino agravar la estabilidad general con la aparición de multitud de grietas estructurales? Tanto fue así lo que digo, que el departamento de la señora Consejera hubo de sustituirlo de tapadillo no admitiendo jamás que había sido un error su nombramiento, aunque sí se hacía (uno tiene amigos en todas partes) en privado. Pero es que además, este voluntario o involuntario intento de ocultación más pareciera que se ha convertido en una consigna. ¿Cómo, si no, se puede entender que en la citada memoria (en su pág. 12) se afirme por el arquitecto encargado actualmente de la obra, don Enrique Venegas Medina, que el pavimento del claustro "...se encuentra deformado debido al paso del tiempo y a la dimensión de las losas de piedra que lo conforman, siendo necesario acometer obras de pavimentación general...". ¿No será, don Enrique, que están movidas por otros pasos distintos a los del tiempo? ¿No tendrá nada que ver en esto el paso de camiones y el de todo tipo de maquinaria durante los últimos veinticinco años? Más grandes y más antiguas son las piedras de las pirámides y ahí siguen inalterables después de algunos milenios. Claro, que siempre estaremos a tiempo de llamar a don Isicio.

Capilla de Jesús

Es de esperar que la señora Consejera, que en esto parece ser que se muestra abierta a otras posibilidades, pueda satisfacer la petición que la cofradía de Jesús le ha hecho y, así, se imponga el sentido común que en otras tantas ocasiones ha faltado. Me alegraría enormemente por el bien de la iglesia, de la capilla y de la cofradía y por lo que supondría de recompensa a la valentía demostrada por la junta directiva.

Hacer magia

Muy acertada ha estado la señora Consejera al definir en lo ha consistido hasta ahora la intervención en Santa María: "...a través de ese tiempo y de los 4,5 millones en inversiones que ha hecho la Junta, hemos conseguido prácticamente hacer magia…". Y lo ha estado, ciertamente, por la magnífica explicación que da a lo mucho que ha desaparecido y a lo no menos que ha aparecido en Santa María. La pena es que todo esto ha costado 4.5 millones de € y que posiblemente, si se hubiese puesto cuidado desde el principio y si se hubiese instalado una nueva bóveda de cañón (hoy las posibilidades de los materiales son muy grandes) en lugar de un artesonado (creo que con un gasto cercano al millón) tan de catálogo y tan falso como el mudejarismo de piedra vista que el señor Venegas nos ha impuesto por narices, posiblemente hablaríamos de bastante menos dinero y de más verdad histórica. Y es que, señora Consejera, el dinero gastado no lo justifica todo ni asegura resultados óptimos.

Periodo original

Apunta, por otro lado, la señora Consejera que todo lo hecho va a posibilitar que Santa María "...pueda volver a brillar con el esplendor que tuvo en su momento original, si es que hay un periodo original…" y nos da toda una lección de historia al aclararnos que este "...templo se asienta sobre una mezquita árabe (¡como si hubiese mezquitas que no lo son!) sobre la que, a lo largo del tiempo, se fueron creando nuevas instalaciones…".

Y digo yo, que si esto es así, y lo es, aunque está claro que la señora Consejera no conoce nada de la historia del templo y del deseo constante del cabildo colegial y de los ubetenses de dignificarlo a lo largo de los siglos, ¿por qué se ha permitido que el señor Venegas haya recreado un espacio tan cateto, tan cavernario, tan oscuro, tan impersonal, tan falto de respeto a la historia, tan cargado de desprecio hacia determinadas épocas y estilos artísticos y tan dentro del más puro estilo de los decorados de las películas históricas de la época dorada de Hollywood? ¿No hubiese sido mejor recuperar -por ejemplo- otros elementos como el coro con sus capillas y rejas? ¿No hubiese sido preferible respetar las aportaciones históricas y estilísticas que la señora Consejera incomprensiblemente llama “nuevas instalaciones”? Parece ser que no. Aquí parece ser que lo único que ha prevalecido ha sido el criterio del señor Venegas aunque las razones que haya dado para cambiar tan profunda, tan irreverente y tan desafortunadamente los muros y el espacio interior haya sido algo tan cargado de razón y tan científico como lo que afirma en la pág. 12 de la memoria: "…en la capilla de Jesús Nazareno se han encontrado tabicones de ladrillo trasdosados; haciéndose necesario acometer la demolición de los mismos para sanear las fábricas ocultas recuperándolas como paredes de piedra vista, que es el tratamiento final previsto para los muros del templo y capillas…". Es decir, que es así porque el señor arquitecto quiere y, si hay que inventarse algo, se inventa, y, si no se respeta la historia, pues mejor que mejor. Por cierto, ¿los mármoles de colorines y los paramentos de color salmón que ya adornan las capillas también se corresponde con el "periodo original" del que habla la señora Consejera? ¿Son también “instalaciones” creadas a lo largo del tiempo?

Primera línea de combate

Finalmente, apunta la señora Consejera que la Consejería ha estado siempre "...en primera línea de combate contra esos daños estructurales que nos llevaban a la pérdida del bien, y afortunadamente ha tenido también a quienes desde el nivel profesional han sabido solucionar estos problemas…" con soluciones tectónicas y artísticas.

Y me parece muy bien que se haya contado con profesionales, pero algo falla al hablar de soluciones artísticas. Y falla, porque no es cierta la presencia real de historiadores del arte. Don Enrique será un magnífico profesional de las estructuras pero -en mi opinión- ha dejado mucho que desear en la aplicación de soluciones artísticas respetuosas con el ir haciéndose del templo, siendo aún más grave que haya sido con el consentimiento de la Consejería de Cultura. Es posible que otro gallo nos cantara a estas alturas si, por una parte, hubiese existido un asesoramiento artístico y no únicamente la copia literal de mi primer libro sobre Santa María como memoria histórica de las sucesivas fases de la obra, pero sin una verdadera lectura comprensiva y atenta a un contenido que en ningún caso justifica lo que se ha ido haciendo con la iglesia. Lo mismo pasaría, por otra parte, si la Consejería hubiese buscado para las fases finales a otros arquitectos o profesionales presuntamente más duchos en la historia de la arquitectura y, sobre todo, más cuidadosos y coherentes en los criterios de restauración.

Y para terminar, una aclaración

Quizá puedan parecer muy fuertes las palabras que digo sobre la copia literal de unos de mis libros, quizá pueda parecer que exagero, pero no es así y a demostrarlo voy. Para ello, simplemente voy a echar mano de dos o tres párrafos de la memoria de esta quinta fase y los voy a comparar con otros tantos de mi obra Santa María de los Reales Alcázares de Úbeda, publicado en 1989.

Comienza la cosa en la pág. 13 afirmándose que "...aunque existe numerosa bibliografía e historiadores que han tratado la evolución histórica de Santa María desde un punto de vista general, pretende ser esta parte de la memoria, una breve reseña histórica del proceso constructivo del conjunto. Así mismo, se incluyen notas de aquellos elementos decorativos más significativos (portadas, rejas, etc.) que nos permitan una mejor comprensión y acercamiento...". Es decir, que como lo que hay escrito sobre Santa María es muy general hay que aterrizar un poco concretando el detalle y siendo más minuciosos. Y, para ello, parece que no sirve lo que hay escrito y que hay que aportar datos nuevos. Pero mire usted por dónde, cuando se pasa al detalle nos encontramos con cosas tan curiosas como las que siguen.

Al hablar (pág. 43) de la capilla de Nuestra Señora de Guadalupe, de su reja, el informe apunta: "…al no ser este su lugar de origen, sobrepasa el arco, da la sensación de estar comprimida. De todas las de la iglesia es la más sencilla, pero manteniendo los rasgos estilísticos de Bartolomé…". Sin duda aporta mucho a lo que en mi libro (pág.100) se dice: "…al no ser este su lugar de origen, sobrepasa el arco, da la sensación de estar comprimida y pierde ligereza en la crestería. De todas las de la iglesia es la más sencilla, pero manteniendo los rasgos estilísticos de Bartolomé...".

El interior de la misma capilla se describe (pág. 43) así: "…en el interior, planta cuadrada con bóveda de crucería simple. Tras la unión de las tres capillas se formó un espacio rectangular de tres tramos perfectamente diferenciados por la altura y traza de cada una de sus bóvedas…". De nuevo las aportaciones sobre lo dicho por mi obra son abismales: "…en el interior, planta cuadrada con bóveda de crucería simple con el ya reseñado escudo. Tras la unión de las tres capillas se formó un espacio rectangular de tres tramos perfectamente diferenciados por la altura y traza de las bóvedas…".

Finalmente (no quiero cansar), y ya sobre la capilla de Jesús, el informe, al describir en su pág. 44 el alzado exterior e interior de la misma aporta tal cantidad de novedades sobre la descripción realizada por mi persona (pág. 105) que avergüenza reconocerlo. Así, frente a la escasez de datos que aporto diciendo que "...el interior es muy sencillo en planta y alzado: aquélla cuadrada, éste con pilastras adosadas en los ángulos y cúpula rebajada de yeso sobre pechinas, que en otro tiempo ostentaron las armas de los fundadores…" y que "...el alzado exterior es un simple y volumétrico cubo de cantería con tejado a cuatro aguas…"; la memoria firmada por don Enrique nos apabulla con sus aportaciones: "…el interior es muy sencillo en planta y alzado: aquélla cuadrada, éste con pilastras adosadas en los ángulos y cúpula rebajada de yeso sobre pechinas. El alzado exterior es un simple y volumétrico cubo de cantería con tejado a cuatro aguas…".

En fin, aquí bien cabe recordar lo que apuntaba un sabio profesor de Historia del Arte diciendo que en las cuestiones de patrimonio cuando hay intereses están presentes los arquitectos y los historiadores, pero que cuando lo que hay es dinero e intereses sólo quedan los arquitectos. Y en esta ocasión, además, parece que plagiando.

Por cierto, si con esto he emborronado algo lo siento. Mi intención, como durante tantos años, ha sido únicamente la de hacer resplandecer la verdad y la de luchar (aunque de poco ha servido) para que no se perdiera sin remedio lo que los siglos hicieron de nuestra Iglesia Mayor.

Úbeda, 18 de marzo de 2009 (Publicado en Ubeda Información)

1 comentario:

  1. D. Antonio, permítame felicitarle por un artículo tan lúcido como el expuesto.
    Cuanta razón tiene en todas y cada una de las cosas que dice.
    Un amigo común, mi maestro, el Profesor Gila Medina, no se cansaba de repetir que "en arquitectura las formas hablan". Es una pena que los arquitectos, al menos los que han intervenido tan desafortunadamente en Santa María, no hayan sabido escuchar lo que el mismo edificio les decía y hayan hecho, como se suele decir, de su capa un sayo, con el consiguiente daño e insulto a la Historia y al Arte.
    Me uno a su más que motivada indignación y agradezco, de corazón, el saber estar y la defensa a ultranza de la Historia, que ud. ha realizado.

    Francisco Javier Ruiz Ramos.

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