PREGÓN DE SEMANA SANTA OFRECIDO POR D. GINES TORRES NAVARRETE, EN LA IGLESIA PARROQUIAL DE SABIOTE, EL PASADO 20 DE MARZO DE 2009
CONTIENE IMPORTANTE DOCUMENTACIÓN SOBRE EL MISERERE DEL MAESTRO DON VICTORIANO GARCIA, como no podia ser menos, tratándose de nuestro historiador por excelencia, Hijo Predilecto de la Villa de Sabiote y adoptivo de las villas de Torreperogil y Ciudad de Úbeda.
Cronista Oficial de las Villas de Sabiote y Torreperogil
NUESTRO NAZARENO EN EL RECUERDO
CONTENIDO DEL PREGÓN:
Mi querida familia, Otra vez con vosotros, otra vez entre vosotros para disfrutar y compartir de la presencia del Dios hecho pan y de la imagen de este Dios que nos cautiva y enternece. Hablaros de nuestro Dulce Jesús y de nuestra relación con El nos lo han puesto difícil los pregoneros que nos han precedido, pues ellos con su fácil palabra y sus profundos conocimientos nos deleitaron. Nosotros por el contrario recurrimos no a la palabra salida de una inteligencia cultivada, sino de un corazón tierno y sentido que será el que os hable con la confianza que me dais al ser los míos, mi familia, y en familia vamos a contar lo que sabemos y sentimos,
Espero seáis condescendientes con mi torpeza involuntario lamentando no poder duros tanto como merecéis y hubiésemos deseado, tratando de ser ameno para desde ahí haceros grato este charla que no pregón.
Y adentrándonos en el tema comenzaremos remachando que la devoción de Sabiote a Nuestro Padre Jesús Nazareno, Padre de esta villa muchas veces milenaria habrá que buscarla muchos siglos atrás, pues ya en el año 1550 existía una Cofradía de Hermanos de Sangre, según una nota adjunta hallada en un protocolo notarial del escribano público de nuestro pueblo, Antón López. En ella se dice que el priostre o Hermano Mayor de la Cofradía, a la sazón Hernán Antolino, pasó a Úbeda a comprar del cerero Miguel Millán, cincuenta y cuatro hachones de esperma para la procesión del paso. Ello nos confirma que en 1550 la Cofradía de Jesús contaba nada menos que con cincuenta y cuatro hermanos cuando nuestro pueblo solo tenía algo más de mil quinientas almas.
Por aquel entonces era capellán de nuestros nazarenos el presbítero beneficiado de nuestra parroquia don Francisco Gómez. A partir de aquí, las noticias de esta Cofradía en los protocolos notariales son casi nulas, dado que carecía de bienes tanto en propiedades rústicas como censos.
El hecho era un tanto a su favor ya que al carecer de re¬cursos económicos, los cofrades de Jesús centraban sus actividades en torno a los cultos tan austeros como llenos de entrega, espiritualidad y entusiasmo.
Tan pobre llegó a ser nuestra Cofradía como el Jesús que nos nace en
Belén, y fue tan pobre y tan pobres sus cofrades que la lámpara que ardía día y noche en su altar de Santa María, era alimentada en base a los cientos de panillas de aceite y alguna que otra alcuza o alcuzones que a Jesús ofrecían sus numerosos devotos, los más de ellos de humilde condición.
NUESTRO PADRE JESÚS, INQUILINO ILUSTRE DE LAS MOJAS
Sabido es que desde el inicio de la devoción a Jesús con la Cruz acuestas, el lugar de veneración fue la Iglesia de Santa María a cuyas campanas privilegió el Santo Rey para que la Villa rigiese con sus toques su rutinario vivir. Toques mañaneros anunciando el amanecer, toque del Ángelus que seguían los labriegos destacados en sus tajos, los de vísperas, oración. animillas, ánimas bien entrada la noche, y aquellos toques de rigor que fueron el del comienzo de las faenas y el que anunciaba el cese en el trabajo. De la función de las campanas de Santa María es fiel vocero el Fuero de Sabiote, manual de buen gobierno que debemos a San Fernando.
Cuando las Carmelitas Descalzas se posesionan de la vieja Iglesia de Santa María en 1584, los dos altares con mayor carga tradicional y devocional eran el de Nuestra Señora de la Soledad y el de Nuestro Padre Jesús, que en la cesión del obispo Sarmiento de Mendoza a las Carmelitas, entre sus cláusulas figuran que las monjas no podían señalar nuevos altares a las imágenes de la Soledad y de Jesús y al mismo tiempo se obligaron por siempre jamás a que sus cofrades tuviesen libre acceso el templo para venerar a sus titulares y celebrar tantos cultos como los mismos considerasen según sus estatutos o fuera de ellos.
Y ellos fueron aquellos humildes cofrades curtidos por la lluvia y por los soles, los que dotaron mucho antes que las Carmelitas tomasen posesión de la Iglesia de Santa María, los que a su costa y con sus sudores personales pavimentaron el cuerpo de iglesia con macizas losas de piedra jabaluna extraídas de nuestras canteras del Coso, y ellos fueron los que privándose de lo necesario, dotaron a nuestra iglesia de recios bancos de madera que en carretas trajeron de la Sierra de Castril para que sus cofrades y los fíeles siguiesen los divinos oficios devotamente.
Pero lamentablemente, las religiosas fueron exclaustradas de nuestro Convento en 1836, aunque la ornamentación del cuerpo de iglesia quedó intacta. Las religiosas solo pudieron arrancar de la Junta de Desamortización llevarse consigo sus imágenes de culto privado, archivo y breviarios. Santa María fue hogar para Nuestro Padre Jesús cien años más en que del mismo no quedó ni rastro: solo vaga por ahí una antigua fotografía de aquella joya perdida, que la codicia de alguien retiene egoístamente privando a las gentes de nuestro pueblo de conocer como era el Padre de Sabiote, nuestro Dulce Jesús de Nazaret. Era, recordamos muy vagamente una imagen de una gran dulzura y majestad, impresionante y expresiva con su rostro dolorido y compasivo que conquistaba a los corazones más endurecidos. No sabemos porqué en cada uno de nuestros pueblos, la imagen de Jesús con la Cruz acuestas arrastra, cautiva y enternece, y decimos mal al afirmar que no sabemos porqué Jesús atrae y atrapa a todo el que a su paso contempla a un hombre inocente humillado con un pesado madero sobre sus frágiles hombros, azotado y escarnecido. La cosa es bien sencilla: nos conmueve y nos llena de pesadumbre ver a todo un Dios ten escarnecido y maltratado solo por amar a los hombres hasta derramar hasta la última gota de su sangre preciosa para abrirnos las puertas del más allá, Solo así nos explicamos porqué el amor puede más que el sufrimiento, la vejación o la negación.
Confesemos que al paso de Jesús, el alma se nos cae a pedazos y sentimos verdadera envidia de Simón de Ciriné, arrimando el hombro para junto al Dios vilipendiado cargar con las culpas de una humanidad desentendida con el que más lo necesite. Y esa envidia que sentimos del Cirineo podemos mitigarla abriéndonos a los demás, ayudando a las personas desvalidas. Podemos servir de Cirineo caminando junto a los ancianos, que anclados en el viejo sillón de los que entes fueron espera su paso a mejor vida.
Llevar la Cruz con Jesús es también asistir a los enfermos confortarlos en sus sufrimientos, ayudar el débil sacándolo de una situación calamitosa ayudando al que sufre. Es esta la única vía para sacudir la envidia que sentimos viendo el Cirineo con el gran privilegio de caminar compartiendo la pesada carga del Dios que sufre amando.
Duro es ver caminar a Jesús con ese áspero y rudo madero que aplasta y oprime que agobia y hace caer en tierra una y otra vez al Dios del amor y del perdón. Esa es la Cruz de Jesús, la Cruz de los hombres no tiene aristas ni forma física, no se ve, no se palpa pero deja abatidos a los que calladamente saben sobrellevar las múltiples penalidades que la vida pone en el camino. Otras cruces que no vemos son las que en silencio llevan sobre sí otras gentes sobrecargadas de carencias y de calamidades: a estos les cuesta llevarla pese intentar imitar a Jesús no dejándola a mitad de camino de su propio Calvario.
Muchos de nosotros intentamos dar de lado o nuestra propia Cruz que siempre consideramos más pesada que la de nuestros semejantes. ¿Que sabemos nosotros cuan dura es la Cruz de los demás? Y mirando para otro lado quisiéramos romperla y destruirla, despegándola de nuestros hombros para cargarla sobre otros hombros más débiles y sufridos,
La Cruz de Jesús debe servirnos como modelo, no contemplándola como vil tormento ni patíbulo cruel, ni tampoco como instrumento de muerte.
Veámosla mejor como trofeo de la cruel batalla que libramos en nuestro duro caminar por la vida, y que ella nos sirva como a El le sirvió de dura escalera hacia la resurrección.
Jesús debe ser para todos un ejemplo a seguir: sobre su cabeza elevaron corona de punzantes espinas sin siquiera quejarse, pues más le dolieron las burlas, los insultos y la negación de los suyos. Por cetro le asieron una caña, por manto una túnica arapienta, le pegaban, le escupían y atado a una columna lo azotaron brutalmente. Y en aquel estado de Dios humillado, se dejó clavar en la Cruz que sirvió de patíbulo y allí nos redimió.
Un año y otro año, así durante siglos, nuestros nazarenos se azotaban sus espaldas y nuestras nazarenas cargaban sobre sus hombros sus cruces que guardan en sus hogares como un tesoro para tras del Sermón del Paso, llevarlas sobre sí las más de las veces en cumplimiento de una promesa que muchas de ellas hacen de por vida. Pronto nos llegará el Viernes Santo y otra vez Jesús volverá a recorrer nuestras calles arrancando a su paso miradas tristes y perdidas cargadas de lágrimas y de dolor, Jesús impone, Jesús consuela, Jesús nos hace fuertes y nos emociona cuando muy de madrugada lo vemos cruzar las puertas de Las Monjas para mostrarnos el camino que conduce a la resurrección. Y es ese el momento cumbre de nuestro austero Viernes Santo cuando a los acordes de nuestro Miserere Jesús enternece y emociona al más duro de los corazones. Y ahora, dejando a un lado al Dios que lleva cargando sobre sus hombros más de dos milenios la Cruz que eligió, nos vamos a centrar en la historia de cuando nace nuestro Miserere, de manos de quien y para quien se instrumentó Para ello se hace imprescindible conocer a los personajes que hicieron posibles tan sentidos acordes, los que hacen brotar de los presentes un mar de lágrimas.
Era ya muy avanzado el año 1860 cuando el entonces Prior de Sabiote don Manuel Segundo Jurado, hace gestiones para dotar a nuestra parroquia de un hábil organista capaz de arrancar de aquel grandioso órgano del Siglo XVII y de aquellas partituras de sabe Dios cuando, impresas en gigantes pergaminos aglutinados en voluminosos libros corales, las notas más solemnes que enriquecían nuestra liturgia.
Don Manuel Segundo realizó continuadas gestiones para lograr su propósito y fue en la musical Játíva donde nuestro Prior halló lo que buscaba: un músico espiritual y experimentado que a su vez fuese un hombre ejemplar y de intachable conducto. Y así fue cómo llegó a nuestro pueblo don Victoriano García Hernández, vecino de la ciudad de Játiva donde ejercía su profesión. Pero como a la hora de escudriñar nuestro pasado nunca sentimos pereza, nos centramos en la búsqueda de los orígenes de aquel genial artista que iba a dar para los nuestro, o mejor de su arte y que iba a convivir con ellos formando una familia cuya prole seria bautizada en la misma pila que nosotros.
Don Victoriano García "El Viejo", había nacido en la ilustrada ciudad de Salamanca el año 1833. Sabemos que su padre fue don Francisco García natural de Valladolid y doña Rosalía Hernández, natural de Salamanca.
Cuando don Victoriano contaba 25 años, es decir en 1858, pasa a Játiva Valencia para ejercer su profesión de profesor de música. Apenas se establece en Játiva allí enamora casando en la iglesia de San Felipe en 1859 con doña Carmen Alonso de aquella iglesia parroquiana, de la que sabemos fue hijo de don Vicente Alonso y doña Vicente Port, ambos de Játiva.
Siguiéndoles los pasos vemos que el 6 de junio de 1860 les nace su primer hijo al que al ser bautizado en San Felipe se le impuso por nombre el de su padre. Don Victoriano "El Viejo" carga los bártulos y con su esposa e hijo de pocos meses y su ágil batuta llega a Sabiote. Y aquí le sobreviene el primero de sus contratiempos, pues con solo 19 meses en nuestra villa fallece el 14 de mayo de 1862 el pequeño Victoriano. De él solo nos queda registrada su partida de defunción.
Pero el año 1862 fue un año clave para la familia García Alonso. Si en mayo fallece el pequeño Victoriano, el 20 de octubre del mismo año les nace en Sabiote la tercera de sus hijos, a la que le impusieron por nombre María como a su madre María del Carmen. De ella guardemos su partida de nacimiento que hace el número 3.413 de nuestro Registro Civil Viejo. Y en nuestra pertinaz búsqueda del dato, nos topamos con el hogar de aquel ilustre organista: don Victoriano y los suyos vivieron primero en la calle de Las levas, hoy Canónigo Utrera, y más tarde, buscando quizá la cercanía a nuestra parroquia lo vemos vecino de la calle de la Plaza, que no es otra que la hoy José Molina. No es de extrañar que nuestro ge¬nial músico buscase la proximidad a la Plaza de Abajo donde como organis¬ta estaba a dos pasos de la iglesia y como Director de nuestra Banda de Música se hallaba frontero a las Casas Ayuntamiento o de Cabildo donde de uso y costumbre ensayaban nuestros músicos.
Y por más que lo podamos intentar, perder el rastro de don Victoriano no es hacedero, pues frecuentemente los expedientes matrimoniales de la época conservados en el Archivo Diocesano de Jaén, aparece como testigo en calidad de organista el bueno de don Victoriano junto al sacristán mayor de entonces Pedro Carmona Navarrete.
Durante treinta años vivió y ejerció en Sabiote don Victoriano hasta que en 1890 pesa a la villa de Almadén como profesor de música quedando en Úbeda su hijo don Victoriano "El Joven".
Poco tiempo deleitó con su música a los vecinos de Almadén, pues el día 24 de febrero de 1893 a las tres de la tarde falleció el genial compositor en la calle Mayor de San Juan.
Del paso por Sabiote de don Victoriano "El Viejo" algo nos ha quedado: Dejó Innumerables amigos y fue padrino de bautizo de Victoriano Páez Almenara y de Victoriano Campos Campos (hermano de nuestro recordado Silverio) a los que impuso su nombre, siendo hijos ambos de dos grandes músicos sabioteños directores ambos de las bandas que entonces existieron en nuestro pueblo, llamados Eduardo Páez y José Campos.
Digamos como dato curioso que en 1684 nos azotó una tremenda sequía, los nuestros hicieron rogativas a San Ginés y en acta capitular de nuestro Ayuntamiento de 31 de marzo nos dicen textual: “Del mismo modo acordó se paguen doce pesetas y cincuenta céntimos a Don Victoriano García para pago de la música que por cuenta del Ayuntamiento asistió a la rogativa del Patrono San Ginés el retornarlo a su ermita".
Nunca nos censaremos de alabar le piedad de las gentes de nuestro pueblo, pues en el cabildo de 30 de junio de 1884, el Ayuntamiento mando pagar a don Victoriano como Director de la Banda por su asistencia a fiesta en honor a San Pedro, titular de nuestra parroquia, nada menos que 14 duros. Y siguiendo las huellas del autor de nuestro Miserere temas no nos faltan.
EL LUGAR DE NACIMIENTO DE DON VICTORIANO “EL JOVEN”
Mientras en la partida de casamiento de don Victoriano García Alonso, Registro Civil de Úbeda de 2 de junio de 1900, se nos dice que fue natural de Játiva, en la partida sacramental de San Isidoro de igual fecha se insiste en ser natural de Játiva. En ambos documentos se dice que don Victoriano tenía 29 años lo que hace que lo dieran por nacido en 1871, siendo la realidad que nació el 29 de septiembre de 1870.
Contradictoriamente en, "El Ideal Conservador" de Úbeda nº. 113 de 19 de enero de 1900, dicen que: "Nació en Úbeda, fue hijo de un maestro, se crió entre apuros… es rubio y frío como un ruso y perezoso y somnoliento como un moro. Valdría más si se distrajera menos..."
El autor de esta semblanza biográfica comete tres errores de bulto: Don Victoriano ni nació en Úbeda ni fue hijo de un maestro de escuela entendemos, ni se crió en apuros.
Igual error comete la persona que notificó el fallecimiento de don Victoriano "El Joven”, dijo ser natural de Úbeda de donde se creyó que era y por donde lo vio ambular más de 40 años.
Pero todavía hay quien refiriéndose a don Victoriano hijo, que su "naturaleza se la disputan las ciudades de Almadén, Úbeda y Sabiote habiendo venido el mundo un dio de templado sol primaveral de 1870 en Játiva, de padre valenciano y madre gaditana". Así se escribe la historia, pues flaco servicio prestan a ésta los que atolondradamente la cuentan torcidamente.
A tan desacertadas afirmaciones respondemos: Don Victoriano hijo no
pudo nacer en Almadén ya que su padre se trasladó allí en 1890, falleciendo tres años más tarde. Tampoco nació en Úbeda como erróneamente figura en los partidas sacramental y civil, pues ni aparece su de nacimiento en el Registro Civil ni en las Parroquias que por fortuna
conservan sus archivos. Descartada, también la ciudad de Játiva, pues el Victoriano García Alonso allí nacido en 1860 falleció en Sabiote, como hemos visto en 1862. Vistos detenidamente los archivos de las parroquias de Játiva, de San Pedro, Ntra. Señora de la Merced Santos Juanes o la Iglesia Mayor Colegial, ni rastro en ellos de nuestro don Victoriano, y menos aún en el Registro Civil de aquella ciudad.
Otro error de bulto del historiador de turno es la afirmación de que el padre de nuestro personaje fue valenciano y su madre de Cádiz, pues en tanto el primero nació en Salamanca, la segunda lo hizo en Jerez de la Frontera.
SABIOTE, CUNA DE DON VICTORIANO “EL JOVEN”
No es gratuita nuestra afirmación Por tal lo tuvieron nuestros padres y abuelos y en lo cierto estaban. Sí sus padres se establecen en Sabiote en 1860 donde residieron hasta 1890, ¿a donde iba a nacer el, segundo de los Victorianos? Ir a dar a luz Doña Fiaría Alonso a Játiva imposible, dada la distancia y la falta de familia en ella que la asistiera. De ahí que resulte negativa la partida de nacimiento en Játiva. Don Victoriano nació en Sabiote donde Sus padres residían, donde había fallecido su hermano mayor y nacido su única hermana.
Nacer en Úbeda no hubo lugar: no tenía familia alguna en ella ni era costumbre hacerlo en hospital alguno y menos ante la modesta economía familiar. Por el contrario los hijos venían el mundo en el lugar de residencia. Por ello, ni rastro alguno tampoco en los archivos de Úbeda.
Tampoco existe partida alguna en Sabiote por dos razones poderosas. El Archivo Parroquial se perdió en 1936 y como quiera que el Registro Civil dio principio en 1870, año de nacimiento de don Victoriano, ni fue dado de alta en el Registro Civil Viejo ni en el nuevo, como sucedió con otros muchos niños nacidos en aquel año clave. Pero afortunadamente no se perdió todo, nos quedó un traslado literal de la partida original que guardaba D. Eduardo Páez Zambrana, alumno del Maestro García Hernández que transmitida a su nieto Juan Campos Páez, consta que don Victoriano García Alonso fue bautizado en la parroquia de Sabiote el 10 de octu¬bre de 1870 por el Doctor don Agustín Casado García siendo sus padrinos Pedro Carmona Navarrete sacristán mayor de San Pedro y su mujer María Fernández Martínez, cosa normal dada la amistad que unía el organista al sacristán.
Don Victoriano "El joven" pase a Úbeda en 1890 cuando ya contaba 20 de años donde a partir de entonces hemos hallado hallado noticias en las actas municipales de Úbeda, donde aparece como Director de aquella Banda,
EL MISERERE DE DON VICTORIANO “EL VIEJO”
Queda fuera de toda duda el hecho de la composición del Miserere llevada a cabo el año 1873, siendo dedicada a Nuestro Padre Jesús de Sabiote. Es una pieza clave del buen hacer del Maestro García Hernández, fruto de sus continuados ensayos en nuestro órgano parroquial.
Expoliado el Archivo de nuestra Banda de música, solo hallamos en nuestro Archivo histórico Municipal un inventario de partituras e instrumentos de fecha el 10 de agosto de 1895 y entre sus fondos figuraba una partitura que dice: “MISERERE, marcha fúnebre batería solemne del Maestro García Hernández”.
Don Juan Pasquau en su "Biografía de Úbeda", pag. 547, refiriéndose a esta joya musical y al hijo del autor, don Victoriano “El Joven”, dice que éste “adaptó e instrumentó el famoso Miserere que se interpreta en la procesión de “El Paso”, pero la música de esta delicada composición es original de su padre, que fue también músico".
Sobre la fecha de su composición todos los autores son coincidentes: el año 1873 cuando el autor tenía 40 de edad y avecindado en Sabiote y su hijo que más tarde adaptó a su batuta lo obra cumbre de su padre, solo tenía tres años.
Lástima que la partitura original junto el total del expolio de los fondos musicales de nuestra Banca, muy ricos por cierto según el referido inventario. Mejor suerte ha corrido el "HIMNO A SAN PEDRO", titular de nuestra parroquia, compuesto expresamente para la novena que cada año le ofrecían sus parroquianos. Esta se conserva original en poder de este Cronista, y está fachada y rubricada por su autor en Sabiote el 15 de junio de 1855. En. el inventario comentado figura non el número 554, número que aparece también en la parte superior derecha junto a la Palabra “ÓRGANO”.
Y creyendo haber expuesto modestamente el fervor, el amor y la pasión que Sabiote siente por su Dulce Jesús, su Nazareno del alma y demostrado suficientemente con pruebas contundentes quiera y para quien se instrumentó nuestro Miserere, no quisiéramos finalizar sin antes pediros disculpas por mi torpeza en el planteamiento de éste humilde pero sentido¬
pregón, asegurándoros que he dado todo lo que tenía sin quedarme con nada. Mis disculpas pues porque vosotros sois merecedores de algo mejor.
Gracias al señor Presidente de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora del Primer Dolor, que nos han permitido dar a conocer el fruto de tantas horas de búsqueda y tanto esfuerzo que servirán para que de una vez por todas poner las cosas en su sitio, dando al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Mi gratitud por vuestra paciencia en aguantarnos y como no, por vuestro saber estar y la atención prestada. Como siempre, ya sabéis que os llevo en mí corazón y nada tenéis que darme porque os quiera. Un abrazo.
Ginés TORRES NAVARRETE
Cronista.
Hijo predilecto de la Villa
Viernes, 20 de marzo de 2009